Carmen & Gonzalo se casaron en Pontevedra, en el Monasterio de Poio y en el Pazo de Señoráns.
Para mí siempre es muy especial cuando saco fotos en Pontevedra, sobre todo ahora que vivo en León, pues significa volver «a terriña», a una ciudad que me parece preciosa, en la cual he vivido muchos años y donde está la mayor parte de mi familia.
En este caso, su boda no fue menos especial y siempre me quedaré con un gran recuerdo, sobre todo por la empatía y cercanía de los novios.
Muchas gracias Carmen & Gonzalo por hacérmelo todo tan sencillo.
De los preparativos de la novia me llamó la atención toda la decoración de su casa, ambientada con las geniales creaciones del padre de Carmen, que es pintor, dibujante y todo un artista.
Me encantó que Carmen llevara un vestido personalizado: un Sposa Novias (tienda de alta costura de Vigo) que era inicialmente un palabra de honor pero que modificaron expresamente para Carmen, haciéndole un cuerpo de tul de seda con la espalda en pico y de plumeti, porque Carmen es una enamorada de los lunares. Por ese mismo motivo, el velo también era en tul de seda con plumeti.
El ramo de la novia iba a juego con el prendido del novio y me pareció muy original: era silvestre, con tonos rojos y atado con tela de saco.
En cuanto al lugar del banquete, el Pazo de Señoráns es, en mi opinión, uno de los Pazos más bonitos de Pontevedra y que representa muy bien la esencia de Galicia en general y de Pontevedra y las Rías Baixas en concreto.
Este Pazo es una casa solariega, que ya se remonta al s. XVI y que ha sido reconvertido en bodega con sus propios viñedos y en él se realizan numerosas bodas a lo largo del año, algo que no es de extrañar, pues es un lugar para celebraciones espectacular, no solo por los jardines exteriores sino también por los salones interiores, que unen piedra y madera y le dan un ambiente a medio camino entre lo elegante y lo rústico.
Me pareció curioso cuando me contaron sobre el nombre del Pazo de Señoráns, pues no se sabe realmente si es el lugar el que le da el nombre al Pazo o, por el contrario, si es el Pazo el que le da el nombre al lugar.
Fue un momento muy emotivo cuando Carmen le dio su ramo a su hermana, que le acababa de dedicar unas palabras.
Carmen: «El trabajo de Juan es maravilloso y no tengo más que palabras de agradecimiento.
Al ver nuestras fotos sentí una gran emoción al ver todos esos grandes momentos tan bien retratados. Fue genial.
Las fotos son naturales pero emotivas y muestran la magia del instante. La verdad que no puedo estar mas agradecida a Juan, las fotos son el recuerdo que nos acompañará siempre y creo que tengo las mejores fotos del mundo y no me canso de verlas, son todas increíbles. Los abrazos besos y risas que se ven son contagiosas. No podría estar más contenta y más agradecida».